ANTECEDENTES
Desde hace un tiempo, me gusta tener mis fotografías en fotolibros. Creo que es una buena manera de cerrar el círculo que comienza con la toma de la fotografía, sigue con su procesado y que, en muchas ocasiones, se queda ahí, incompleto. Además, es una buena manera de tener organizados nuestros trabajos y de poder mostrarlos.
Por norma general, los programas de maquetación de estos fotolibros, son bastante fáciles de utilizar y los resultados son, en la mayoría de los casos, satisfactorios tomando como referencia la relación calidad/precio.
En Facebook han desarrollado una campaña más que interesante para adentrarse en el mercado español, llegando incluso a ofrecer la prueba gratuita de uno de sus productos, precisamente el fotolibro. Gran iniciativa que, por lo que he podido leer, ha tenido gran aceptación, evidentemente, como no podía ser de otra manera. También, tras una conversación, siempre provechosa, con Javier de la Torre, me comentó que, aunque llevaba poco tiempo con ellos, los trabajos que le habían entregado, cumplían con creces sus espectativas. Me comentó que había recibido algún metacrilato y algún aluminio. Será cuestión de probarlos por mi parte y transmitiros mis impresiones sobre estos productos.
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Acabados, en cuanto a imagen y color de imagen, profesionales |
Pero, a lo que vamos: el fotolibro. En estas épocas tan cercanas a las comuniones, este año no he escapado a tan señalado acontecimiento. Mi hija pequeña, Patricia, hace este año la comunión y, como no podía ser de otra manera, he sido yo quien le ha realizado el pertinente reportaje. Lo típico: peinado especial, traje en mano y camino al Parque del Capricho, en Madrid. "Cienes y cienes" de fotos que se quedan en apenas 30 o 40 (¡será que soy muy malo y necesito hacer muchas, jajaja!). A continuación, a buscar una empresa que me ofrezca calidad profesional o casi y que, sin serlo yo, me permita crear mi producto. Desde luego la valoración de Javier me ayudó a probar con Saal-Digital. Al final me decidí por el Gran Formato apaisado, esto es, un libro de 42 x 29 centímetros, lo que viene siendo A3. Además, como opción, lo elegí con la caja-regalo.
APLICACIÓN
(La aplicación probada es la versión para Mac)
Primera sorpresa agradable: la aplicación para la maquetación, creación y pedido del producto. Sinceramente, no he encontrado ningún fallo. Todo lo contrario. Hasta el momento, con otras aplicaciones, siempre había tenido problemas con las imágenes. O bien el visor daba la sensación de pérdida de calidad (en Sanappy, por ejemplo, aunque el resultado sobre papel nada tiene que ver con la aplicación), o resultaba difícil la propia maquetación con las alineaciones, interfaces de textos tediosas... De repente, me encuentro con todo lo contrario, a lo que, además, hay que sumarle la sencillez de la interfaz, tanto a nivel de funcionalidad como de diseño. Como ejemplo la sencillez de las opciones de menú: cargar imágenes, guardar, exportar como PDF (¡qué bien que viene esto!), añadir texto e insertar texto. ¡Ya está! ¡No hay más! ¿Para qué? Es suficiente.
¿Funcionalmente? Como un tiro. Arrastras la fotografía seleccionada, que puede hacerse directamente desde una carpeta del Finder de IOS (vamos, una carpeta en el Explorer de Windows). Al aparecer en la página del libro, cualquier acción sobre ellas es instantánea: Redimensión, ampliar, reducir, mover o encuadrar.
Para facilitar las cosas, ofrecen la posibilidad de incluir una cuadrícula configurable para tener control sobre las alineaciones, si no nos vasta con las líneas contextuales que aparecen al mover un elemento y que nos indica cuando está alineado con otro elemento.
En definitiva, acertadísima aplicación a la que únicamente le pediría poder cerrar sin necesidad de tener cargado un libro en su interfaz gráfica, es decir, que se pueda salir de la aplicación desde la ventana de selección de producto.
Segunda sorpresa: La terminación del producto, el envío y el pago: 3 rápidos pasos que consisten en enviar el libro, introducir los datos de envío y pasarela de pago (Paypal y Visa o MasterCard) y confirmación. El envío se produce a través de DHL, aunque, por lo que he podido ver, esta empresa es la encargada del envío desde Alemania hasta España. Aquí es Correos quien se encarga de llevarlo hasta la dirección de envío. (Sobre el tiempo de envío, en la siguiente sección)
Tercera gran sorpresa agradable: Ausencia de logos o iconos de la empresa. ¡Repito! Ausencia GRATUITA de logos o iconos. Sin más. En cualquiera de los fotolibros no existe ninguno. Tan solo, todo hay que decirlo, un pequeño código en la contraportada de apenas medio centímetro cuadrado el cual hay que buscarlo para encontrarlo.
EL LIBRO EN MIS MANOS
Desde el momento que hice click en el botón de confirmación de pedido hasta recibir el mismo poco más de cuatro días contando el fin de semana que había por el medio, ya que realicé el pedido un viernes. Otro punto más.
El caso es que me encuentro con una caja de cartón de considerables dimensiones. Se intuye que contiene algo bien protegido. Dentro de esta caja, que es en verdad una especie de gran sobre rígido, me encuentro con un protector plástico, similar al que protege las pantallas de TV o los monitores de ordenador dentro de la caja.
Al retirar este envoltorio, todavía no se ve la caja-regalo con el libro en su interior. Varias capas de papel tipo estraza envolviendo la caja. Con cada capa que retiro, más convencido estoy que Saal-Digital cuida estos detalles de presentación.
Al final voy llegando a mi destino, que no es otro que tener el fotolibro en mis manos. En primer lugar me topo con la caja-regalo. Caja que no es otra cosa que un estuche para albergar el libro. Creo que Saal también debería cambiar este concepto. El producto es un estuche protector, creo yo, identificador con más caché que el de "caja". Se ve muy bien acabado, con brillo y las esquinas, quizá lo que a priori pudiera resultar más delicado, bien rematadas. Así que un acierto haber pedido el "estuche" protector.
Bueno, por fin el último paso para descubir el libro. Al abrir la caja, veo el libro muy bien protegido con la gomaespuma rígida negra que protege el interior, con una pequeña endidura para poder desprender el libro sin necesidad de doblegar la mencionada gomaespuma.
¡¡El libro!! Tooooda esta parrafada que os habéis tragado para llegar aquí, a la valoración del libro. Pues así, directamente: recomendadísimo!!!! A primera vista el acabado es sencillamente "acabado profesional". He visto libros profesionales o supuestamente profesionales, con una calidad inferior a este. Lo mismo ocurre con lo más importante: la impresión de las imágenes.
He de reconocer que procesé las imágenes con Photoshop "a pelo", esto es, sin haber cargado el perfil ICC que el propio laboratorio Saal-Digital recomienda. La similitud de los colores en pantalla con los del libro es total. En las imágenes que he utilizado para el próximo libro, el cual recibiré a lo largo de esta semana, sí que he utilizado el perfil ICC correspondiente. Veremos cual puede ser la diferencia, si es que la hay. Por lo tanto, si hablaba de acabado profesional, también puedo opinar lo mismo con respecto a la calidad de las imágenes y, por supuesto, a la calidad de las hojas del libro. Saal-Digital indica que son Fujicolor Crystal y cada una de ellas, de las hojas, consta de dos páginas pegadas.
Para este reportaje se ha utilizado el artículo "Fotolibro 42 X 28 cm de tapa dura más Caja regalo". Este producto ha tenido un coste de 87 euros, incluido cupón de descuento de bienvenida de 15 euros.
Además dar desde aquí las gracias a José Millón, del departamento de Marketing de Saal por ponerme las cosas fáciles!!!!