sábado, 5 de mayo de 2012

Gervasio Sánchez (2) - Desaparecidos


No sé muy bien si fue por casualidad o por necesidad humana, que cayeran en las manos de Gervasio Sánchez, allá por el año 1984, una serie informes de Amnistía Internacional  sobre las violaciones de los derechos humanos que se estaban produciendo en varios países de Centroamérica, como El Salvador y Guatemala.
El caso es que, seguramente, fue el detonante que saltó en el interior de este referente del fotoperiodismo para desencadenar un torrente de sensaciones, de necesidades interiores que luchaban por exteriorizarse, necesidades que le llevaron a tomar la determinación de convertirse en el canal comunicativo a los ojos del mundo de toda esta serie de injusticias que no podían caer en el olvido.
Con el sacrificio que significa el mero hecho de abandonar temporalmente a la familia y al mundo de comodidades que nos rodea y armado hasta los dientes con su máquina fotográfica, Gervasio sufragaba sus viajes a estos países en conflicto trabajando como camarero. No le duele el reconocerlo. Es más, creo que oyéndole recordar aquellos años, se enorgullece de que sucediera así. Yo creo que da todavía más valor a su trabajo. Es cordobés, sí, pero tantos años en Zaragoza le han convertido en un tozudo más en la tierra del Cierzo. Pero vivir en primera persona un conflicto no es solo lo que mencionaba de abandonar a tu familia, tus amigos, tu forma de vida. Es mucho más. Es poner en riesgo tu propia vida.
¿Para qué tanto esfuerzo entonces? A los ojos de la mayoría de los mortales, la respuesta sería la propia pregunta. Para gente como Gervasio Sánchez, creo que se reduce a una sencilla respuesta: necesidad. Necesidad de mostrar lo que significa una guerra, sus consecuencias. Son muchas las penurias que hay durante y tras una guerra.
 Una de ellas es el drama de los Desaparecidos. Los propios desaparecidos y sus familias. Obviamente los protagonistas principales de la serie Desaparecidos son los que no están. Entonces, ¿cómo realizar una serie donde dichos actores no pueden aparecer en sus fotografías? Gervasio Sánchez intenta mostrar en la mayoría de sus capturas lo que sucede alrededor del conflicto. Asegura que los perdedores y las principales víctimas de los encuentros bélicos no son los muertos, los desaparecidos. Son los que se quedan, las madres y padres sin hijos, los hijos sin padres. No busca la facilidad de la lágrima fácil que supone el sufrimiento. En sus fotografías busca el instante, el detalle, la evocación de todo ello basada en la utilización de la connotación en detrimento de la denotación hasta hacer convertir esa lágrima fácil en un disparo certero sobre nuestras conciencias. En eso es en donde el cordobés ha conseguido hacer mella a los ojos del mundo. 

A lo largo de casi tres décadas Gervasio Sánchez ha retratado este cruel mundo de las desapariciones de seres humanos en Guatemala, El Salvador, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Bosnia, Camboya, Irak y España. Por eso este trabajo conlleva un grito directo a los oídos de los dirigentes. Es su propia implicación personal. Su objetivo. Es hacer pensar en las responsabilidades de dichos dirigentes. Denunciar la manera en que giran la cabeza y buscan otro lugar que no se les incomode. O mejor dicho, otro lugar donde puedan seguir con sus cómodas vidas, sus arcas llenas y su humanidad vacía.
Gervasio Sánchez ha publicado un doble libro sobre esta serie. Yo tuve  la suerte de visitarla el pasado diciembre en Zaragoza. La comisaria de la misma ha sido Sandra Balsells, profesora de la Universidad Ramón Llull, de quien me quedo con la definición que le daba a los protagonistas ausentes de la serie “los desaparecidos, estas personas que no están ni vivos ni muertos”. La serie constaba de 122 fotografías en blanco y negro, además de 87 en color. Se pudieron visualizar también diferentes videos, grabados por el propio Gervasio, sobre los desgarradores testimonios de los familiares de los desaparecidos.
Así mismo, la editorial Blume ha publicado un libro, desaparecidos, donde se recogen las obras de Gervasio Sánchez y donde podemos contemplar la contundencia de la denuncia que se encuadra dentro de cada una de sus fotografías. En definitiva, una obra imprescindible para los que amamos la fotografía, y de manera general, la libertad.

Os pongo unos cuantos enlaces para conocer un poquito más a este monstruo del fotoperiodismo:
Mi primer artículo sobre él:

Su página de Heraldo de Aragón:

Enlace de la Exposición Desaparecidos:

Aquí podéis ojear el libro mencionado:












El © de estas imágenes corresponde a Gervasio Sánchez.
PD: Hoy, 5 de mayo, me acercaré a su nueva exposición, Antología, un compendio completo de su obra. En el próximo artículo, os hablo de ella.

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