miércoles, 16 de marzo de 2011

Escuela de Fotografía - La cámara oscura

La cámara oscura, de la que deriva la máquina fotográfica, fue utilizada muchísimo tiempo antes de que se llegara a conseguir fijar químicamente una imagen.
Se dice que el mismo Aristóteles, afirmaba que si se hacía un pequeño agujero sobre una pared de un habitáculo oscuro y cerrado, un haz de luz que atravesara dicho agujero, dibujaría sobre la pared opuesta la imagen invertida de un objeto que estuviera al alcance de dicho haz.

Obviamente, el inconveniente de esta "gran máquina fotográfica" era su manejabilidad. No fue hasta finales del siglo XVII (diecisiete, para los de la LOGSE) cuando se ideó una especie de caja de madera que simulaba el mencinado esquema aristotélico. Se le aplicó una lente al orificio de entrada del haz de luz, y era éste el que el fotógrafo enfocaba hacia donde quería y la imagen se copiaba sobre una cartulina que se había colocado previamente en el interior. Se dice que artistas como Canaletto y Durero lo utilizaron en la realización de alguno de sus cuadros.



Caja Oscura - Durero utilizó este invento para el estudio de las perspectivas en sus cuadros



Ahora sólo hacía falta disponer de algo que acelerara el proceso de fijación de la imagen en la cartulina del interior de la caja oscura. El primero en dar con la solución al dilema fue el alemán Schulze, que en 1727 consiguió demostrar que utilizando nitrato de plata, aumentaba la sensibilidad a la luz recibida sobre la cartulina. El problema era que si, una vez obtenida la imagen original, seguía recibiendo luz, la imagen desaparecía, pues el nitrato de plata continuaba siendo sensible a la luz.
En 1822, el francés Nièpce, consiguió plasmar una imagen sobre un medio físico y que esta imagen permaneciera inalterable. La forma de obtener la imagen era igual que su antecesor, pero lo que hacía era eliminar el sobrante del material fotosensible.


Louis-Jacques-Mandé Daguerre

Hacia 1840, el también francés Daguerre terminó de perfeccionar el método de su colega Nièpce. Aplicaba vapores de mercurio a la lámina impresionada, de manera que, a la vez que se acortaba el tiempo de exposición, también se conseguía fijar definitivamente la imagen reflejada.


Primera fotografía de la historia

Cabe destacar que, gracias a que el gobierno francés de la época se hizo cargo  del invento, éste pudo ser disfrutado por el público de todo el mundo.

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